Uno de los museos más populares de la Ciudad Colonial, este palacio estilo gótico y renacentista fue terminado alrededor del año 1512. Fue la casa de Diego Colón, hijo de Cristóbal Colón, y su esposa María de Toledo, sobrina del rey Fernando de España.
Boca Chica, la playa de los residentes de la ciudad, es tan sinónimo de Santo Domingo como cualquiera de sus principales atracciones. Un viaje de cuarenta minutos conduciendo te llevará a este hermoso pueblo de playa de arena blanca, con un auténtico ambiente dominicano: vendedores ambulantes, hoteles y restaurantes alineados en la arena, y filas de casetas de pescado frito que venden un típico almuerzo con pargo rojo (chillo para los dominicanos), tostones y yaniqueques. Los adultos podrán disfrutar de comidas y cervezas frías en la playa al son del merengue y la bachata, mientras los niños juegan en las aguas poco profundas y tranquilas de color turquesa que hacen de Boca Chica una de las favoritas para familias. En el extremo oriental del pueblo hay una fila de elegantes clubes de playa y restaurantes que ofrecen una atmósfera lounge frente al mar.